sábado, julio 16, 2011
"El cine de los cielos"
jueves, julio 07, 2011
Machu Picchu

sobre la piel de los dioses
Y me pone de frente a su mirada sagrada
Machu Picchu es el tren en que atravieso
--las horas y las eras--
entre cañones y selva
por barreras etéreas
Machu Picchu es la vendedora
de choclos rebosantes
de soles y de oro
Y Machu Picchu es el Urubamba
Onomatopeya y turbulencia de sus cantos rodados
Machu Picchu es un diálogo permanente
de piedras y de niebla
(Eternidad de las nubes, fugacidad de la piedra)
Y es uno de los chakras de la Tierra
por donde las montañas ascienden volátiles al cielo
y las nubes se posan pesadas sobre el suelo
Yo
que vengo de otra región de los Andes
en donde abundan los chakras
-Territorio
como Machu Picchu
de los osos de anteojos
Y nicho de cóndores y gallos de roca-
Reconozco fragmentos de ese diálogo cósmico:
No me son del todo ajenas
ni la gramática de la cal
y de la lava
Ni la sintaxis del agua
Los susurros florecen
en los silencios de piedra
Cada liquen es un signo de puntuación
Y una inflexión de la voz
--- Es una pausa ---
Cada huella del cincel es una letra
En todos los muros
en todos los caminos
hay frases evidentes para quien sepa leerlas
Nadie puede decir con certeza
si Machu Picchu pertenece al cielo o a la Tierra
Ni si es obra de dioses o de hombres
Seguramente Machu Picchu es ambas cosas:
Una interfase que permite que afloren los dioses
que habitan en los hombres
Y la posibilidad para los dioses
de las lujurias humanas
Machu Picchu es una teofanía
Una señal
(Huella y sombra de los dioses
redundante en su presencia contundente)
Y una antropofanía:
Notificación a los dioses
de la decisión de los hombres
de convertirse en constructores de abismos y montañas
De penetrar sus terrenos y amenazar su monopolio
Nadie puede tampoco
explicar con certeza
Ni cuándo ni a dónde se fueron los habitantes
de la ciudad de las rocas
Y sin embargo allí están
como una presencia que se huele
(Su respiración se siente)
A lo mejor nunca se fueron:
Se fusionaron con las montañas
y las nubes
Y se convirtieron
en selva y en estrella
Y en rayo de sol sobre la piedra
Machu Picchu habla en el lenguaje
del agua en los morteros
(Laberintos y tréboles que dibujan las ondas)
Y de los musgos que crecen
en uniones y grietas
Machu Picchu es cielo penetrando en la corteza del planeta
Y lengua de la Tierra tocando las estrellas
Gustavo Wilches-Chaux
Machu Picchu – Bogotá, Mayo del 2002

domingo, julio 03, 2011
No, no hay un Dios en el cielo: Dios ES el cielo...














jueves, junio 30, 2011
Esculcando el joyero en Popayán (Colombia)
lunes, junio 20, 2011
La otra forma de morir
PREGUNTAS
Haga el ensayo: Pregúntele a una persona cercana a sus afectos, qué haría si un examen médico dijera que a usted sólo le quedan quince días de vida.
Respuesta probable: "No hable de eso!", o "No juegue con eso!"
Insista. Pregunte nuevamente. Respuesta casi segura: "Trataría de disfrutar al máximo esos quince días con usted. Trataría de que aprovecháramos cada segundo. Me preocuparía por la calidad y la intensidad de nuestra relación durante esos quince días."
Su siguiente pregunta: ¿Por qué esperar, entonces, a que sólo nos queden quince días? Por qué no empezar ya? ¿Por qué no preocuparnos, desde este mismo instante, por la calidad y la calidez de nuestra relación?
Uno debe vivir siempre como si no se fuera a morir nunca, pero al mismo tiempo como si sólo le quedara un día de vida. La presencia permanente de la muerte, lejos de una actitud macabra o pesimista, es la conciencia de que la vida es un recurso natural limitado. Renovable sí..., pero con otros.
25 mil días parece mucho, pero si cada día, desde que nacemos, ahorramos un peso, el día que nos muramos vamos a tener 25 mil pesos: apenas para la cuota inicial del cajón, o para pisarle el trato a la señora que canta en el entierro...
Lo más probable es que la mayoría de cuantos leamos estas notas, ya habremos vivido una buena parte de los 20, o de los 25 o de los 30 mil días con que contábamos cuando nacimos.
De allí que sea válido el argumento de que a uno no le deberían preguntar "¿Cuántos años tiene?", sino "¿Cuántos años se ha gastado?"
Retornemos a lo del recurso limitado: Cuando pensábamos que el agua y el aire y los bosques eran infinitos, nos dedicamos a botarlos, como si, de verdad, fueran infinitos. Hoy valoramos mucho más cada hectárea de bosque, cada litro de agua y cada metro cúbico de aire, porque sabemos que se están agotando. Hoy hay más de una ciudad en el mundo en donde, con alguna frecuencia, deben prohibir completamente el tránsito de carros (y a veces el de gente) en ciertos días del año, sencillamente porque ya no hay más aire: Ciudad de Méjico, Tokio, Santiago de Chile.
Cuando pensamos que la vida -la nuestra y la de los demás- es infinita, nos dedicamos a desperdiciarla: dejamos abierto el grifo de la vida y, sin darnos cuenta, se nos va por el sifón.
Cuando quitan el agua, nos lavamos los dientes y las manos con medio vaso: cada sorbo es delicioso. Cada gota es "El Agua". Con mayúsculas.
No se trata, que quede bien claro, de hacer aquí un elogio a la hiperactividad, ni de cohonestar el famoso principio de que "el tiempo es oro", sobre el cual, interpretado textualmente, se funda la cultura del éxito en términos de pesos.
Por el contrario, si es del caso, se trata de rescatar ese "derecho a la pereza" que reclamara Paul Lafargue, el yerno de Karl Marx. Se trata de saborear cada instante de actividad y cada instante de soledad y cada instante de compañía y cada instante de pereza, como si cada uno fuera --como de hecho lo es-- único e irrepetible.
Algunas veces se nos aparecen los muertos en los sueños, y tratamos de asirlos, de retenerlos, de saldar esas cuentas pendientes de afectos, antes de que se desvanezcan en la bruma.
Sin embargo, cuando nos encontramos con los vivos, callamos, aplazamos... Nosotros mismos nos disolvemos. En nuestra propia bruma. En los días no vividos.
Popayán, Enero 25 de 1990
viernes, mayo 27, 2011
JUANAMBÚ: abismos palíndromos

sábado, mayo 14, 2011
sábado, mayo 07, 2011
martes, mayo 03, 2011
TELARAÑAS CON QUE LOGRÉ ATRAPAR A DIOS

