sábado, marzo 22, 2008

CRUZ-Y-FICCIÓN

Viernes Santo. Tras recorrer una carretera casi vacía desde la salida de Bogotá, de pronto un trancón súbito en el Puente de Boyacá. La gente corre loma arriba, en el costado de la vía opuesto al monumento a la batalla que hizo famoso el lugar. ¿Qué pasa? Una crucifixión. Nos unimos a la ascendiente multitud, para disfrutar este regalo que nos ofrece la casualidad (...haber llegado en ese preciso instante a ese preciso lugar...)

En ese momento sólo se ven dos cruces. Apenas están izando la principal.

Allí está ya: un Nazareno que parece el original.

El ladrón bueno, ante la mirada impávida de una espectadora que prefiere hacerse la de las gafas ante lo que sucede alrededor.

Fuerza Disponible

De Boyacá en los campos... sobra decirlo.

El elenco de la Pasión

Ella misma -'la chica de rojo'- se identifica como la esposa de Pilatos. Junto a ella, una de las Marías: ¿La Magdalena? ¿La Verónica? ¿María Salomé? ¿O simplemente una buena samaritana?

Finalizada la crucifixión, la muchedumbre se disuelve pacíficamente. Lo que más me gustó de esto es que, primero, evidentemente no es un espectáculo de exportación: a pesar de estar tan a borde de carretera, la comunidad lo hace para ella misma, sin turistas, ni vendedores, ni publicidad (con excepción de algún ave despistada -como yo- que de vez en cuando aterriza por allí). Y segundo, la brevedad: creo que, incluida la trepada de loma, todo no dura más de media hora. Una perfecta crucifixión express.

Alexander González Rodríguez, en los ratos libres estudia en Tunja ingeniería forestal. Desde hace cuatro años hace de Cristo en esta celebración.

Aquí de civil, horas después. Como para que no quepan dudas sobre el Misterio de la Resurrección.

Para terminar, esta escena del viacrucis que parece anunciar los efectos sobre el campo del TLC.