Febrero 9 de 2009: vísperas del plenilunio. La Luna se la juega toda para defender -frente a la arrogancia del alumbrado público- su derecho a brillar.
Cómo será el brillo de la Luna, que a pesar de que el bombillo está tan cerca, lo logra igualar.
Muchas pruebas antes de descubrir cómo enfocar de manera simultánea una lámpara que está unos 4 metros de distancia, y la Luna que está a 384.400 kilómetros de aquí.
Y mientras uno aprende, la magia de las refracciones permiten pasar por alto los errores de enfoque. Bueno... digo yo.
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